Precisamente, esa temporalidad hacía del esquileo una tarea que no admitía demoras y que debía realizarse con rapidez por el número de cabezas que había que atender. La labor del esquileo a tijera fue hasta hace relativamente poco tiempo una tarea indispensable dentro de los diversos y cotidianos trabajos ganaderos.
El esquileo era una tarea tan importante que llegó a tener cierta reglamentación tradicional. Ésta obligaba a la especialización de cada uno de los componentes de la cuadrilla de esquiladores que estaban formadas por:
El esquilador. es el personaje central del esquileo, una persona que debía poseer una gran habilidad y destreza. Su misión: despojar de la lana a las ovejas utilizando para ello la tijera como herramienta de corte, sin dañar al animal y obteniendo de forma limpia, armoniosa, con el máximo aprovechamiento y en una sola pieza el vellón de lana.
El legado: es la persona que, de forma segura, ata las patas de las ovejas.
El velonera: es quien recoge y anuda ordenadamente los vellones.
El morenero: su misión es atender las heridas de corte que accidentalmente pudieran producirse al ganado, utilizando una antigua y tradicional medicina cicatrizante denominada “el moreno”.
¿Os lo imaginabais? Cuatro personas para esquilar una oveja y cada una con una función diferente.
¿Nos vemos el domingo en El Mirador? Feliz fin de semana.
Las fotos que hemos utilizado en este artículo son de la fotógrafa PATRICIA SEMIR que amablemente las ha cedido a COLMEKIDS. Muchas gracias Patricia.