Estudiar chino está de moda. Cada vez son más los centros de estudios -reglados y no- que tienen esta lengua entre sus ofertas educativas y cada vez son más las personas -niños y adultos- que se embarcan en la aventura de aprender este idioma tan diferente al nuestro.
Entre las principales motivaciones para estudiar chino se encuentran el aprender el idioma hablado por millones de personas y, fundamentalmente, hablar la lengua oficial de uno de los países que más está creciendo en términos económicos.
Pero además el aprendizaje del chino tiene otros beneficios nada desdeñables sobre todo en términos de educación infantil:
– Por un lado -dicen los expertos-, el chino contribuye a que se desarrollen los dos hemisferios cerebrales. El chino es un idioma tonal y eso pone en activo al hemisferio derecho que es el encargado de procesar melodías y tonalidades. El hemisferio izquierdo, por su parte, es el ecargado de ordenar e interpretar las estructuras lingüísticas para formar palabras.
– Se ha comprobado que los alumnos que han estudiado chino tienen mejores resultados también en matemáticas. Esto se debe a que el cálculo forma parte del Chino Mandarín. Por ejemplo, el número 36 se dice 3 veces 10 más 6.
Cuatro argumentos, seguro que hay más, que nos pueden ayudar a decidir si los niños deberían estudiar este «exótico» idioma.